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El putrefacto 2012…

diciembre 25, 2012

«En 2012 algunos de mis sueños se hicieron realidad: apareció un puesto de trabajo de forma milagrosa. RetroMadrid recibió más de 5.000 visitantes gracias a una confluencia astral repleta de factores intrínsecos a la conjunción física de traslacción inducida…»

¡Anda ya!, ¡menuda mierda de 2012!… debería decir que menuda mierda para muchos, porque si lo miro en primera persona todo me ha ido de maravilla… Ni en mis mejores sueños podía pensar que llegaría en septiembre mi regreso al mundo laboral en un lugar que me llena en todos los sentidos.

Anoche cenaba con mi familia y todo era genial. No podemos quejarnos, porque con salvedades, todos tenemos trabajo estable y una posición económica razonable en los tiempos que corren. Pero sin embargo, ¡menuda mierda de 2012!… y claro, quizás se me podrá acusar de hipócrita por emitir semejante exclamación, ¿de qué me puedo quejar yo, común mortal?. Os diré que de muchas cosas, así que intentaré ser breve…

A mi no me satisface absolutamente nada vivir en un entorno cada día más deprimido. Independientemente de que nos pueda ir mal, bien o mejor; no agrada, ni debería agradar a nadie estar rodeado de cada día más problemas. Es cierto que nosotros, españolitos de a pie, no estamos ni de lejos en tan mala situación como en otros países. Lo cierto es que no debemos poner nuestro foco en compararnos con aquellas sociedades que están más desestructuradas, todo lo contrario, nuestra obligación es buscar una buena guía que se pueda aplicar a nuestra particular forma de vivir.

Habíamos conseguido en estos años de dictadura/transición/democracia unas cotas bastante buenas, a mi parecer incluso envidiables en lo que tenía que ver con  baluartes básicos de una sociedad cohesionada: sanidad, educación (mil veces retocada, pero un más que respetable sistema educativo), y, es cierto, un entorno productivo bastante deficitario con una lacra, que es la del paro, jamás solucionada, por mucho que una megaburbuja inmobiliaria nos hiciera creer lo que no éramos.

ABC de 1994, las cosas, como veis, no han cambiado.

ABC de 1994, las cosas, como veis, no han cambiado.

Mal que bien, España ha sido y es un país que demuestra una capacidad innata para ser puntera en muchísimos aspectos, no en vano tenemos a grandísimos investigadores, nuestra cocina es un referente, tenemos un tesoro cultural increible, nuestra variedad paisajística y natural hace de España un continente dentro de otro continente, y, sin embargo, tenemos un gen que parece no saber valorar, cuidar y potenciar esos valores. Desde los tiempos de Ramón y Cajal España ha denostado, casi expulsado, a sus investigadores, si no diganme ustedes el nombre de tan sólo cinco de ellos, creo que les resultará difícil. En este 2012 se les ha recortado impunemente sus fondos, pronto nuestros cerebros se dejarán caer en grandes corporaciones extranjeras que sacarán el rédito económico a toda aquella inversión que supuso para nuestro país prepararles.

Tuve ayer de nuevo la sensación de que si Jesucristo asomase por España hoy en día, fijo que sería el indignado número uno, y no me extrañaría que fuera un lider de masas y que arrastrase a la gente a donde fuera con sus discursos. Fijo que habría elegido escenarios como el Congreso, la Puerta del Sol o La Bolsa para denunciar a los nuevos fariseos, estoy convencido de que si hubiera tenido posibilidad de viajar se habría plantado en la cena del FMI de la pasada semana y les habría sacado los colores, ¿o no?. Pues NO, si Jesucristo llegase a nuestros tiempos, apenas habría corazones dispuestos a escucharle. Estoy convencido de que la misma jerarquía de la Iglesia Católica rechazaría sus enseñanzas, y ya no digo la clase política, si consiguiera un buen grupo de seguidores, aún consiguiéndolo sería criticado, arrinconado, detenido o bien coaccionado para entrar en el asqueroso sistema que ha engendrado el conjunto de mentes que parecen tener el más peligroso desorden: la hipocresía radical.

¡Menuda mierda de 2012!, nunca jamás he sentido tanta hipocresía, y, sin embargo me voy dando cuenta de que por fortuna la cruda realidad devuelve a muchos españoles a otra forma de pensar más propia de la situación que vivimos. El ejemplo es claro, no he visto a la gente indignada con la basura que se acumula estos días en la T4 de Barajas, muy al contrario casi todos los entrevistados por TVE indicaron que les parecía bien, incluso uno declaró ser de la «marea verde». Si señores, hay esperanza, tenemos una «marea blanca», una «marea verde», y muchas mareas que van haciendo pupita. Al menos el Rey sabía reconocer que han perdido de la peor manera (la desafección) a la sociedad española desde las instituciones. Ya no valen palabras vacías, 2013 es el momento de traducir las declaraciones a realidades. Me sorprende enormemente la resistencia del sistema actual a los cambios, de hecho es absolutamente increible que en Grecia o Portugal no hayan pasado cosas mucho más graves. Me parece bien que no terminemos usando la violencia contra esa violencia social que diariamente ejecutan muchos gobiernos siguiendo el dictado del FMI y otras instituciones financieras que han aprendido a rebañarnos hasta el último de nuestros euros.

Recuperar el control de nuestras vidas ha de ser nuestro objetivo para 2013. Siempre he defendido que un consumo responsable es el mejor arma contra el capitalismo desmedido, con ello me refiero a esa institucionalización del poder financiero que se ha plasmado en un nuevo gobierno no democrático que se regula desde la base de nuestro consumo. Nunca vamos a dejar de ser mayoría, y, en la arrogancia de esos que no predican con el ejemplo tenemos el mejor arma, y además está muy a mano, porque el consumo es nuestro voto y es el que marca que podamos o no tener unos bienes y servicios adecuados a nuestros ingresos. Nunca lo olvidéis: el dinero es una masa fija e intangible, en cambio, la economía real es aquella con la que podemos medir nuestra capacidad de consumo. Cuando nuestra economía real no nos permite sostener unos bienes básicos sin el endeudamiento, es que algo falla.

Os deseo un feliz 2013.